Yuderkys
Espinosa Miñoso
(Coord.)
El feminismo emergió como un revulsivo
social, más allá de los límites marcados por la época y de las balizas de
principios que perdieron eficacia, como la adhesión al maternalismo y la recusa
del erotismo. Desde mediados del siglo
pasado sabemos distinguir la policromía del feminismo, el vasto cuadro
de diversas “afinidades electivas” que han forjado disensos, diásporas y toda
suerte de fugas de cualquier centro autorizador. La diferencia de nuestros
feminismos es una señal de que se está lejos de los epitafios mortuorios.
Nuestro núcleo académico ―el Instituto Interdisciplinario de Estudios de
Género― proclama la potencia de la diversidad de los feminismos
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