Por Marcela Lagarde
Más allá de su voluntad y de su principal definición ideológica, las esquizofrénicas contemporáneas son como las demás, y a la vez son diferentes, en diversos grados y aspectos. Tienen en común, las contradicciones de la doble vida, pero se diferencian en que el conflicto llega a tal punto en que su locura personal (que es social) ya no se resuelve sólo en el delirio, sino que encuentra cauces sociales de expresión. Visto desde otra racionalidad, sucede que su delirio encuentra y contribuye a conformar variedades de locura colectiva, es decir de concepciones y prácticas que al ser parte de un nuevo bloque histórico, se transforman en no-locura.
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